Analizar cómo piensas y cómo te sientes a lo largo del día te permite descubrir cuáles son las motivaciones que te empujan, qué te hace actuar o reaccionar de una forma determinada, qué te pone de mal humor o qué te anima.
Por ello, se debe buscar un momento cada día, a la misma hora, para detenernos y analizar nuestros pensamientos y nuestras emociones ante los acontecimientos de la jornada y anotarlos en un cuaderno.
Este trabajo de análisis nos ayudará a estar más pendientes de nuestros hábitos de pensamiento, para poder cambiar aquellos patrones que nos producen estrés y crear hábitos nuevos que nos aporten bienestar.
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