martes, 20 de diciembre de 2011

Responsabilízate del proceso, no del resultado

“No puedo hacer eso, no estoy segura de que funcione”, me dijo Maite cuando apoyé la posibilidad de que volviera a estudiar. Con 35 años, Maite tuvo que dejar de estudiar Derecho por problemas económicos y comenzar a trabajar como secretaria. Pero ella no es feliz, sabe que su vocación es el Derecho.

— Ya soy muy mayor para estudiar, no tengo mucho tiempo y, además, no estoy segura de que cuando acabe pueda encontrar trabajo como abogada.

La vocación de Miguel Antonio es tocar la guitarra, lo hace desde que tiene uso de razón. Cada día ensaya durante cuatro horas y lleva más de quince años acudiendo a un profesor dos veces a la semana. Miguel Antonio trabaja en un Banco y dedica todo su tiempo libre a la música. Cuando su profesor le ofreció la posibilidad de trabajar con él como ayudante, con el mismo sueldo que en el Banco, Miguel Antonio se quedó bloqueado. Trabajar como profesor de guitarra y dejar el Banco sería su máxima aspiración en la vida, pero tenía miedo. “Trabajar en el Banco me asegura la jubilación, trabajar como profesor de guitarra pone en peligro mi jubilación”. Miguel Antonio sólo tiene 25 años.

Nos educan para buscar objetivos, para buscar resultados. Nos dicen que lo importante es el final del camino, la meta. El premio llegará cuando alcancemos el final del recorrido. Sin embargo, cuando centramos nuestros esfuerzos en la meta, lo más probable es que nos salgamos de la carretera. Tienes que asegurarte de que trazas bien las curvas. Las curvas son parte del proceso.

Responsabilízate del proceso, no del resultado. Lo que importa es que te centres en el proceso. Puedes controlar el proceso. Puedes responsabilizarte del proceso. Pero no puedes responsabilizarte ni controlar el resultado.

Si Maite se centra en el resultado tiene todas las de perder, porque no sabe qué va a pasar. Si Maite se centra en el proceso, estudiar todos los días, el resultado está asegurado, porque puede controlar lo que hace todos los días, pero no puede controlar si conseguirá trabajar como abogada cuando acabe. Cuando acabe de estudiar podrá poner en marcha un proceso para poder trabajar en lo que le gusta.

Podemos responsabilizarnos del proceso, pero nunca del resultado. El resultado dependerá de lo que hagamos con el proceso. En una carrera automovilística, lo que marca la diferencia no es llegar a la meta, sino saber tomar correctamente cada curva del circuito.

Miguel Antonio está pensando en el futuro, pero se está perdiendo el presente. Puede controlar lo que ocurre en este momento, pero en ningún caso puede controlar lo que ocurrirá cuando tenga 65 años. Miguel Antonio puede controlar el proceso de su vida, pero no puede controlar el resultado final.