domingo, 29 de marzo de 2009

La aventura de la vida

La seguridad es en gran medida
una superstición (...)
y, a la larga, evitar el peligro
no trae más seguridad que exponerse a él.
Porque la vida es una aventura
atrevida .... o no es nada.


Helen Keller. El ojo del huracán.

Recuperar la ilusión



Según cuenta una leyenda, el ave Fénix vivía en el paraíso junto a Adán, Eva y el resto de los animales. Aparte de los humanos, el Fénix era el único habitante que tampoco cogía frutos del árbol prohíbido. Pero el destino le tenía reservada una dolorosa jugada.....


Cuando el primer hombre y su compañera fueron expulsados del paraíso, de la espada flameante del ángel que custiodaba la entrada escapó una chispa que acabó prendiendo fuego al nido del Fénix, matando al ave que dormía en él, ajeno a lo que sucedía a su alrededor.


Según cuenta esta versión dela historia, los ángeles, para compensar al Fénix, que de nada era culpable, consiguieron revivirlo concediéndole eternamente el don de renacer de entre sus cenizas.


Cuenta el mito (primero griego, después romano y más tarde cristiano) que, desde entonces, cuando al ave Fénix le llega la hora de morir, esta hace un nido de especias y hierbas aromáticas y deposita en él un único huevo. Dice que allí permanece aguardando su muerte y que, al anochecer del día señalado, el pájaro arde, quemándose por completo y quedando reducido a cenizas. Pero, gracias al calor de aquella masa gris y tibia, al amanecer se rompe el cascarón de donde surge el mismo Fénix, más joven y fuerte, único y eterno.


Este mito refleja con realidad y poesía una característica de los humanos, un aspecto a veces oculto de nuestra personalidad, una arista poco explorada de nuetsra existencia. Se trata de nuestra capacidad de volver a ponernos de pie, una y otra vez, después de cada caída, después de cada traspié, después de cada situación adeversa. Es la RESILIENCIA, la capacidad para reponerse ante las adversidades y para afrontar de manera efectiva eventos y circunstancias de la vida severamente estresantes o desestabilizadores.
Pero, más allá de la recuperación, este término hace referencia a poder desarrollar recursos personales, que hacen a la persona más fuerte frente a agresiones similares, es decir, la capacidad de aprender de la adversidad.

sábado, 21 de marzo de 2009

Manos a la obra

El Conejo Blanco se caló las gafas y preguntó:

-- ¿Por dónde quiere su majestad que comience?

-- Comienza por el comienzo --le dijo el Rey, con toda gravedad--; continúa con la continuación, y finaliza en el final. Y luego, párate.


Lewis Carroll. Alicia en el País de las Maravillas

Tumbos de la infancia


Hay niños que atraviesan la infancia sin sobresaltos y aterrizan suavemente en el mundo adulto con sensatez y cordura.

Bastantes se desorientan y tropiezan durante un tiempo, pero, de pronto, florecen.

Los más, tiemblan, se tambalean, luchan, se enderezan, cambian de rumbo, y finalmente encuentran su autético equilibrio personal.


Stella Chess. "De la niñez a la independencia"