Uno de los grandes errores que cometemos cuando nos hacemos adultos y adquirimos responsabilidades es que pensamos que ya no tenemos derecho a divertirnos.
Reivindica a tu niño/a interior, busca actividades que te diviertan, atrévete a ser travieso/a con tu pareja, con tus hijos, con tus compañeros....
Busca una excusa para reírte y a ser posible hacer reír a los demás.
No hay nada más sano y que desencadene mayor número de hormonas favorables en el organismo que la risa.
Pierde el sentido del ridñiculo, sé esa niña que nunca fuiste o que dejaste de ser.Esa es mi gran receta para una vida longeva y feliz.