lunes, 18 de marzo de 2013

Paradoja de la vida actual

Tenemos casas más grandes, y familias más


pequeñas; cosas más convenientes, pero

menos tiempo; más educación y menos

sentido; más conocimiento, y menos juicio;

más expertos, y más problemas; más

medicinas, y menos bienestar. Bebemos mucho,

fumamos mucho, gastamos sin medida, reímos

muy poco, conducimos muy rápido, nos

enfurecemos demasiado , nos acostamos más

tarde, nos levantamos muy cansados, casi no

leemos, vemos demasiada TV y casi nunca

meditamos.



Hemos multiplicado muestras posesiones, pero

reducido nuestros valores; hablamos demasiado,

amamos muy poco y mentimos casi todo el

tiempo; hemos aprendido a ganarnos la vida,

pero no a vivirla plenamente. Hemos llegado a

la luna y regresado, pero tenemos problemas a

la hora de cruzar la calle y conocer a nuestro

vecino...



Hemos conquistado el espacio exterior, pero

no el interior; hacemos cosas más grandes,

pero no mejores; hemos limpiado el aire, pero

no el alma; hemos dividido el átomo, pero no

nuestros prejuicios; escribimos mucho, pero

aprendemos poco; planeamos todo, pero no

conseguimos casi nada. Hemos aprendido a

hacer las cosas más rápido, pero no a tener

más paciencia; tenemos ganancias más altas,

pero moral más baja; cada vez tenemos más

cantidad y menos calidad.



Esta es la época de la comida rápida y la

digestión lenta; hombres altos de bajo

carácter; profundas ganancias y relaciones

superficiales. Esta es la época de la paz

mundial, y la guerra doméstica; más tiempo

libre y menos diversión; más tipo de comida y

menos nutritiva.



Ahora tenemos ingresos conjuntos y más

divorcios; casas más bellas y hogares más

rotos.



Esta es la época de viajes rápidos, pañales

desechables, moralidad en decadencia,

pasiones de una noche, cuerpos con sobrepeso,

pastillas que hacen todo, desde alegrarte,

hasta calmarte y matarte.



Construimos más computadoras para guardar

más información, para producir copias más

rápidas que nunca, pero nos comunicamos

menos.



Esta es la época dónde tenemos todo en

exhibición y nada en el inventario.