miércoles, 21 de enero de 2009

Violinista en el Metro




Tomado de El Club de la Efectividad


Un hombre se sentó en una estación del metro en Washington y comenzó a tocar el violín, en una fría mañana de enero.


Durante los siguientes 45 minutos, interpretó seis obras de Bach. Durante el mismo tiempo, se calcula que pasaron por esa estación algo más de mil personas, casi todas camino a sus trabajos.


Transcurrieron tres minutos hasta que alguien se detuvo ante el músico. Un hombre de mediana edad alteró por un segundo su paso y advirtió que había una persona tocando música. Un minuto más tarde, el violinista recibió su primera donación: una mujer arrojó un dólar en la lata y continuó su marcha. Algunos minutos más tarde, alguien se apoyó contra la pared a escuchar, pero enseguida miró su reloj y retomó su camino.


Quien más atención prestó fue un niño de 3 años. Su madre tiraba del brazo, apurada, pero el niño se plantó ante el músico. Cuando su madre logró arrancarlo del lugar, el niño continuó volteando su cabeza para mirar al artista. Esto se repitió con otros niños. Todos los padres, sin excepción, los forzaron a seguir la marcha.


En los tres cuartos de hora que el músico tocó, sólo siete personas se detuvieron y otras veinte dieron dinero, sin interrumpir su camino. El violinista recaudó 32 dólares. Cuando terminó de tocar y se hizo silencio, nadie pareció advertirlo. No hubo aplausos, ni reconocimientos.


Nadie lo sabía, pero ese violinista era Joshua Bell, uno de los mejores músicos del mundo, tocando las obras más complejas que se escribieron alguna vez, en un violín tasado en 3.5 millones de dólares. Dos días antes de su actuación en el metro, Bell colmó un teatro en Boston, con localidades que promediaban los 100 dólares.


Esta es una historia real. La actuación de Joshua Bell de incógnito en el metro fue organizada por el diario The Washington Post como parte de un experimento social sobre la percepción, el gusto y las prioridades de las personas.


La consigna era: en un ambiente banal y a una hora inconveniente, ¿percibimos la belleza? ¿Nos detenemos a apreciarla?¿Reconocemos el talento en un contexto inesperado?


Una de las conclusiones de esta experiencia, podría ser la siguiente: Si no tenemos un instante para detenernos a escuchar a uno de los mejores músicos interpretar la mejor música escrita, ¿qué otras cosas nos estaremos perdiendo?

jueves, 15 de enero de 2009

Nuevos propósitos

Como cada inicio de año estamos siempre llenos de ilusiones, sueños y proyectos, pero como siempre, sólo se quedan en el intento. ¿Qué podemos hacer en esta ocasión para sacar el máximo provecho del año que se nos viene encima?

Aunque estamos pasando por una época difícil a nivel mundial de crisis y guerras, debemos realizar nuestro mejor esfuerzo por aprovechar todo lo bueno que la vida nos da, y explotar las oportunidades que tenemos para vivir y desarrollarnos.

En otras palabras, hay que luchar por conseguir nuestros propósitos y esforzarnos por que no queden en una bonita idea.

En nuestra vida siempre tenemos metas a corto y largo plazo, ya sea profesionales, familiares, culturales, recreativas, etc. La mayoría de las veces hacemos poco por convertirlas en realidad. Se quedan en nuestra agenda como metas que "ojalá algún día se realicen". Por supuesto que ahí guardaditas y anotadas nunca se cumplirán por sí solas.

Existe un método que en lo personal me ha brindado muy buenos resultados y el cual compartiré con todos los lectores de este blog:

Consiste en ordenar nuestras ideas y nuestros proyectos. En una agenda anoto todas las metas que me propongo superar a lo largo del año y posteriormente detallo los pasos que tengo que realizar para cumplir cada una de las metas en específico; las ordeno por importancia o relevancia, y trato de seguirlas todos los días al pie de la letra. Intento también enfrentar diariamente un reto distinto para que al finalizar el año al menos diga "lo intenté". Este año que termina tal vez no cumplí con todos mis proyectos o propósitos, pero al menos tuve una mecánica diferente que los años anteriores. Mi conciencia queda tranquila, ya que por lo menos hice mi mejor esfuerzo. Posteriormente, reflexiono sobre qué fue lo que interrumpió el proceso, para que al siguiente año pueda vencer esos obstáculos que me impidieron concretar mis sueños.
¿Qué les parece? No es difícil y no pierden nada con seguir este sencillo método. Tal vez podrían ganar mucho, ¿no lo creen?